Después de una década de silencio, Balenciaga ha anunciado oficialmente su regreso al mundo de la perfumería. La maison ha reeditado la icónica fragancia Le Dix (1947) y presentado diez composiciones completamente nuevas, formando así una colección completa. Esto no es solo un relanzamiento comercial, sino un gesto que fusiona la memoria de archivo con el lenguaje vanguardista de la fragancia contemporánea.
Para traer de vuelta Le Dix, la marca localizó el único frasco sobreviviente en manos de un coleccionista privado tras quince años de búsqueda. El frasco de archivo fue escaneado, reconstruyendo con fidelidad el lazo hecho a mano y la tapa globular, mientras que la fórmula se reinventó con ingredientes modernos: absoluto de orris, violeta, aldehídos e incienso.
Junto con ella, Balenciaga presenta un nuevo vocabulario olfativo: No Comment, Getaria, Twenty Four Seven, Muscara, Cristóbal, 100%, Extra, To Be Confirmed, y Incense Perfumum. Todos se presentan en frascos que evocan el histórico Le Dix, creando la impresión de que pasado y presente conviven lado a lado en la misma estantería.
Guía breve de la nueva colección Balenciaga 2025
Concepto/Idea de la fragancia
Le Dix (2025). Una reconstrucción de la primera fragancia de Balenciaga de 1947. El frasco de archivo fue encontrado con un coleccionista privado, escaneado con detalle - incluyendo la tapa globular y el lazo - . La fórmula combina absoluto de orris, aldehídos modernos de iris aislados, absoluto de hoja de violeta y aceites de incienso.
No Comment. Un perfume amaderado con tonos “verdes”, un intento de capturar el aura mística de Cristóbal Balenciaga.
Getaria. Una composición marina y salina inspirada en los orígenes costeros españoles de Balenciaga, con cítricos, algas cristalizadas y un toque oceánico.
Twenty Four Seven. Aroma vainilla-ámbar, reinterpretación moderna de los clásicos confortables, enriquecido con almizcle cálido.
Muscara. Almizcle ahumado con orris, una representación olfativa del “rimel negro” como fragancia.
Cristóbal. Profunda y cálida, basada en oud, pachulí y musgo de roble. Nombrada en honor al fundador de la casa.
100%. Una rosa moderna y esmeralda. Una de las más contrastantes en la colección, que fusiona la rosa clásica con matices vanguardistas.
Extra. Composición vibrante con pimienta picante, grosella roja audaz y un toque vanguardista atrevido. Una de las fragancias más audaces de la colección.
To Be Confirmed. Floral y sereno, como un jardín envuelto en niebla, diseñado como contrapunto a composiciones más incisivas.
Incense Perfumum. Resinoso y profundo, centrado en el incienso. Concebido como un “pensamiento” u “oración” olfativa que subraya la herencia dramática de la maison.
Las diez fragancias se presentan en frascos modelados de cerca según el Le Dix de 1947: vidrio transparente, tapa globular, lazo decorativo y etiqueta lacada patinada.
La colección se concibe como un “equilibrio entre herencia y vanguardia”: algunas fragancias reconstruyen o hacen referencia a la perfumería clásica de Balenciaga, mientras que otras son composiciones totalmente nuevas que dialogan con el pasado.
El lanzamiento tuvo lugar en septiembre de 2025, con Balenciaga abriendo una línea de boutiques dedicadas a la perfumería para posicionar esta colección como la nueva “fragancia fina” de la casa.
1947. Le Dix.
Le Dix: una nube aldehídica de violeta llamada así por la dirección 10 avenue George V. El perfumista Francis Fabron creó una fragancia que era la antítesis del Chanel No. 5: no burlesca, sino silencio; no seducción, sino distancia elegante.
El diseño del frasco de Jean Sluey era arquitectura en vidrio: minimalismo con un lazo, un recuerdo de la alta costura sostenido en su lugar.
La perfumería de Balenciaga siempre ha vivido en el umbral entre la historia y el mito. Nunca fue una industria de “aromas agradables”, sino una extensión del corte, la línea y la tela: una costura invisible y alargada de un vestido que respira en la piel.
Estos perfumes eran artefactos: densos, estratificados, hechos para quienes no temen sonar más fuerte que las flores en el jarrón.
Era la alta costura continuada: el cuerpo como texto, la memoria como material, una nota como interpretación.
Le Dix ya no es solo la fragancia de 1947, sino la prueba de que el perfume puede ser un manifiesto que perdura a través de las décadas.